Alerta de que las plataformas intermediarias entre empresa y redactor menosprecian la labor del periodista y hunden los salarios
La generalización del acceso a internet a través de ordenadores, tablets y smartphones ha hecho que, de un tiempo a esta parte, hayan aparecido nuevos perfiles profesionales relacionados con la redacción web y la creación de contenidos en la red. Las marcas requieren de la ayuda de estos profesionales para mantener fresca su presencia en internet mediante la generación de piezas que alimenten sus webs corporativas, así como la comunicación con su público objetivo en todos aquellos canales en los que están presentes.
Sin embargo, esta circunstancia, que supone una excelente oportunidad laboral para los periodistas, se está viendo empañada por dos dinámicas que contribuyen a acrecentar aún más la precariedad de nuestra profesión:
Por un lado, la novedad de estos perfiles está favoreciendo el intrusismo por parte de profesionales de otros sectores que carecen de formación lingüística y de habilidades para investigar, seleccionar, procesar y elaborar contenidos rigurosos y de calidad.
Por otra parte, en ciertos círculos empresariales existe la tendencia a minusvalorar el esfuerzo y la complejidad de la tarea del redactor web y el creador de contenidos. Se busca a cualquier persona que pueda juntar letras rápido y barato, sin tener en cuenta el efecto negativo que este tipo de trabajo puede tener sobre la comunicación de la compañía y sobre su reputación.
Entre tanto, han surgido en Internet plataformas cuyo negocio se basa en intermediar entre los redactores/creadores y las empresas que demandan contenidos para su sitio web. Estas plataformas venden a sus clientes textos para blogs a precios irrisorios (10 euros o menos por pieza), asegurando que cumplen todo tipo de garantías de calidad; y, por otro lado, pagan a los redactores que se avienen a participar en ellas cantidades mucho más bajas, atreviéndose incluso a fijar este precio en función de evaluaciones de calidad de la redacción que llevan a cabo sus “expertos”.
Desde la ASPE queremos denunciar que este modelo de negocio no hace sino ahondar en la precariedad de la profesión, creando un marco en el que se menosprecian las capacidades, la ética y los conocimientos del periodista y se le convierte en carne de cañón de ofertas laborales precarias y humillantes, con las cuales es imposible obtener un ingreso mensual suficiente para asegurarse una vida digna.
Por ello, pedimos a las empresas que requieran contenidos web para sostener su presencia en Internet que:
1. Den su justo valor al trabajo que requiere la planificación y creación de estos contenidos.
2. Confíen para la generación de los contenidos en periodistas titulados (ya sea en plantilla, freelance o integrados en una agencia), puesto que son los profesionales que cuentan con la formación necesaria para desempeñar estas tareas.
3. Rechacen los servicios de plataformas intermediarias que basan su negocio en la precarización de los profesionales y en la devaluación del producto ofrecido.